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Retroceda mentalmente hasta su adolescencia (¡suponiendo que no sea todavía un adolescente!). Había multitud de cosas que le producían ansiedad, ¿no es cierto? Es muy probable que el sexo fuera una de ellas. Es común entre los adolescentes preguntarse si su deseo sexual es normal.
Ahora existe un agravante que puede dificultar aún más las cosas: las redes sociales. La mayoría de las personas mayores se sienten aliviadas por no haber tenido esa presión cuando crecían. Para algunas personas la ansiedad respecto a la libido continúa en el tiempo, para otras la ansiedad sólo aparece cuando sienten que algo ha cambiado. Si se siente identificado con algunas de estas cuestiones no se preocupe, no es el único al que le sucede.
Es posible que durante nuestra adolescencia hayamos tenido la suerte de tener un profesor, familiar o cuidador que nos haya explicado que somos únicos, y por lo tanto nuestra libido también lo es. Que nos haya tranquilizado y ayudado, explicándonos que no merecía la pena sufrir por pensar que todos los demás disfrutaban al máximo de su deseo y vida sexual, basándonos simplemente en los alardes de los demás, alardes que podían ser meras fantasías.
Lo único cierto respecto al deseo sexual es que cada uno somos diferentes. Y que juzgarnos a nosotros mismos comparándonos con experiencias ajenas que ni siquiera sabemos si son ciertas, sólo nos crea estrés y ansiedad.
Podemos tener confianza en nosotros mismos y aun así sufrir ansiedad respecto a nuestra sexualidad. Esta ansiedad puede aumentar cuando en una relación una parte de la pareja tiene más deseo sexual que la otra, o cuando el deseo cambia en una de las partes. Los cambios de libido no son exclusivamente a menor, ya que el deseo sexual también puede cambiar a mayor. Esto puede ocurrir por múltiples razones, siendo la más frecuente el aumento de autoestima y confianza en uno mismo. Al contrario de lo que comúnmente se piensa, tanto las mujeres como los hombres pueden experimentar cambios en el deseo sexual. La menopausia, por ejemplo, puede producir un aumento de deseo sexual en algunas mujeres. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando una de las partes de la pareja comienza a perder el interés?
Es normal que al comienzo de una relación nos encontremos en nuestro nivel sexual más alto. Las hormonas están alteradas, estamos enamorados y no conocemos del todo al otro. Pero para la mayoría de las parejas mantener ese nivel a lo largo del tiempo es difícil, aunque por supuesto de vez en cuando se vuelva a ese momento de euforia inicial. Otra cosa es cuando se da una total falta de interés, la cual puede deberse a muchos tipos de cuestiones, desde enfermedades hasta preocupaciones económicas.
Enfermedades de las que no somos conscientes y ciertos medicamentos pueden reducir la libido, por lo que si notamos una reducción del deseo sexual es buena idea acudir a que nos hagan un chequeo médico. Recuerde que el sexo se basa en intimidad, pero la intimidad en la pareja no se reduce al sexo. Demostrar el cariño y el amor, abrazar y elogiar al otro son maneras de mantener la intimidad durante períodos difíciles. Es importante mantener la comunicación y mostrar comprensión. Incluso aunque el problema sea una diferencia de niveles de la libido, planear de manera regular citas o planes en conjunto funciona para muchas parejas.
¿Qué hacer cuando ya hemos comprobado que la falta de libido no se debe a enfermedades, depresión o ansiedad? Normalmente se trata de un motivo tan simple como que la vida sexual no es una de nuestras prioridades. Es fácil que las relaciones sexuales se conviertan en una simple tarea cotidiana. Cuando sentimos que el sexo es una tarea más a realizar, caemos en el peligro de que nuestras relaciones sexuales pasen a ser mecánicas e insustanciales.
Si las dos personas de una relación sienten que el deseo sexual está desequilibrado es fácil que aparezca un círculo vicioso de culpa. Uno puede comenzar a sentirse culpable por ser demasiado demandante mientras que el otro puede comenzar a sentir culpa por rechazar continuamente a su pareja. Las citas nocturnas son una manera excelente de romper ese círculo de culpa y frustración. ¿Por qué ocurre esto? Porque el fin de una cita con nuestra pareja no se limita al sexo, sino que pasa a ser un momento para hacer sentir especial al otro.
Del mismo modo que las personas necesitamos tiempo privado para desarrollar nuestros intereses o para simplemente tomar un respiro, nuestras relaciones necesitan que les dediquemos tiempo para revitalizarse y recuperarse. Pero aquí comienza la parte divertida. Muchos psicólogos no hablan simplemente de intimidad sexual, sino de intimidad emocional, la cual es una pieza clave que las citas nocturnas nos pueden proporcionar.
Deje volar su imaginación e imagine una cita perfecta. Si su visión no es la típica cena romántica a la luz de las velas, ¡no hay problema! Una cita perfecta puede ser caminar bajo la lluvia compartiendo paraguas y desarrollando conversaciones pendientes. O ir al parque y dar una vuelta tranquila en una barca de remos mientras nos olvidamos de las preocupaciones diarias. El ejercicio también es una manera excelente de mover la sangre y las endorfinas. Empiece como empiece una cita, es importante que las dos partes se sientan especiales. Al centrarnos en las emociones y en el placer, y no exclusivamente en el aspecto sexual, es más fácil relajarnos y fluir.
¿Está deseando que llegue la hora de su cita? Si la respuesta es sí, y uno de los momentos que espera con más ganas es el momento de intimidad sexual, prepare su habitación para asegurarse de que ese momento se desarrolle en un entorno atractivo y cómodo. El dormitorio debería ser el lugar más íntimo de nuestra vida, el lugar donde deberíamos sentirnos completamente tranquilos y relajados.
La iluminación, los colores y los tejidos modifican nuestro estado de ánimo. El desorden y el caos son factores desfavorables para la pasión. ¿Quién puede sentirse sexi cuando estamos pensando en la pila de ropa para doblar amontonada en la silla? Si hay una habitación en su casa en la que se sienta cómodo y a gusto, conviértala en su dormitorio. Saber que al final de la noche va a estar en su lugar favorito hará que tenga más ganas de que llegue el momento de su cita.
Creado por Tom Vermeersch
Tom Vermeersch es psicólogo titulado y experto en Flores de Bach con más de 30 años de experiencia.
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Es posible que durante nuestra adolescencia hayamos tenido la suerte de tener un profesor, familiar o cuidador que nos haya explicado que somos únicos, y por lo tanto nuestra libido también lo es. Que nos haya tranquilizado y ayudado, explicándonos que no merecía la pena sufrir por pensar que todos los demás disfrutaban al máximo de su deseo y vida sexual, basándonos simplemente en los alardes de los demás, alardes que podían ser meras fantasías.
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Lo único cierto respecto al deseo sexual es que cada uno somos diferentes. Y que juzgarnos a nosotros mismos comparándonos con experiencias ajenas que ni siquiera sabemos si son ciertas, sólo nos crea estrés y ansiedad.
Podemos tener confianza en nosotros mismos y aun así sufrir ansiedad respecto a nuestra sexualidad. Esta ansiedad puede aumentar cuando en una relación una parte de la pareja tiene más deseo sexual que la otra, o cuando el deseo cambia en una de las partes. Los cambios de libido no son exclusivamente a menor, ya que el deseo sexual también puede cambiar a mayor. Esto puede ocurrir por múltiples razones, siendo la más frecuente el aumento de autoestima y confianza en uno mismo. Al contrario de lo que comúnmente se piensa, tanto las mujeres como los hombres pueden experimentar cambios en el deseo sexual. La menopausia, por ejemplo, puede producir un aumento de deseo sexual en algunas mujeres. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando una de las partes de la pareja comienza a perder el interés?
Es normal que al comienzo de una relación nos encontremos en nuestro nivel sexual más alto. Las hormonas están alteradas, estamos enamorados y no conocemos del todo al otro. Pero para la mayoría de las parejas mantener ese nivel a lo largo del tiempo es difícil, aunque por supuesto de vez en cuando se vuelva a ese momento de euforia inicial. Otra cosa es cuando se da una total falta de interés, la cual puede deberse a muchos tipos de cuestiones, desde enfermedades hasta preocupaciones económicas.
Enfermedades de las que no somos conscientes y ciertos medicamentos pueden reducir la libido, por lo que si notamos una reducción del deseo sexual es buena idea acudir a que nos hagan un chequeo médico. Recuerde que el sexo se basa en intimidad, pero la intimidad en la pareja no se reduce al sexo. Demostrar el cariño y el amor, abrazar y elogiar al otro son maneras de mantener la intimidad durante períodos difíciles. Es importante mantener la comunicación y mostrar comprensión. Incluso aunque el problema sea una diferencia de niveles de la libido, planear de manera regular citas o planes en conjunto funciona para muchas parejas.
¿Qué hacer cuando ya hemos comprobado que la falta de libido no se debe a enfermedades, depresión o ansiedad? Normalmente se trata de un motivo tan simple como que la vida sexual no es una de nuestras prioridades. Es fácil que las relaciones sexuales se conviertan en una simple tarea cotidiana. Cuando sentimos que el sexo es una tarea más a realizar, caemos en el peligro de que nuestras relaciones sexuales pasen a ser mecánicas e insustanciales.
Si las dos personas de una relación sienten que el deseo sexual está desequilibrado es fácil que aparezca un círculo vicioso de culpa. Uno puede comenzar a sentirse culpable por ser demasiado demandante mientras que el otro puede comenzar a sentir culpa por rechazar continuamente a su pareja. Las citas nocturnas son una manera excelente de romper ese círculo de culpa y frustración. ¿Por qué ocurre esto? Porque el fin de una cita con nuestra pareja no se limita al sexo, sino que pasa a ser un momento para hacer sentir especial al otro.
Del mismo modo que las personas necesitamos tiempo privado para desarrollar nuestros intereses o para simplemente tomar un respiro, nuestras relaciones necesitan que les dediquemos tiempo para revitalizarse y recuperarse. Pero aquí comienza la parte divertida. Muchos psicólogos no hablan simplemente de intimidad sexual, sino de intimidad emocional, la cual es una pieza clave que las citas nocturnas nos pueden proporcionar.
Deje volar su imaginación e imagine una cita perfecta. Si su visión no es la típica cena romántica a la luz de las velas, ¡no hay problema! Una cita perfecta puede ser caminar bajo la lluvia compartiendo paraguas y desarrollando conversaciones pendientes. O ir al parque y dar una vuelta tranquila en una barca de remos mientras nos olvidamos de las preocupaciones diarias. El ejercicio también es una manera excelente de mover la sangre y las endorfinas. Empiece como empiece una cita, es importante que las dos partes se sientan especiales. Al centrarnos en las emociones y en el placer, y no exclusivamente en el aspecto sexual, es más fácil relajarnos y fluir.
¿Está deseando que llegue la hora de su cita? Si la respuesta es sí, y uno de los momentos que espera con más ganas es el momento de intimidad sexual, prepare su habitación para asegurarse de que ese momento se desarrolle en un entorno atractivo y cómodo. El dormitorio debería ser el lugar más íntimo de nuestra vida, el lugar donde deberíamos sentirnos completamente tranquilos y relajados.
La iluminación, los colores y los tejidos modifican nuestro estado de ánimo. El desorden y el caos son factores desfavorables para la pasión. ¿Quién puede sentirse sexi cuando estamos pensando en la pila de ropa para doblar amontonada en la silla? Si hay una habitación en su casa en la que se sienta cómodo y a gusto, conviértala en su dormitorio. Saber que al final de la noche va a estar en su lugar favorito hará que tenga más ganas de que llegue el momento de su cita.
Últimamente, hemos podido escuchar mucho la palabra narcisismo. ¿Pero qué significa exactamente? Se utiliza para describir a personas llenas de sí mismas o demasiado vanidosas. Sin embargo, el narcisismo no hace referencia a la autoestima.
¿Por qué sentimos mariposas en el estómago cuando comenzamos una relación? ¿Cómo podemos mantener viva la llama cuando la chispa comienza a desvanecerse en una relación larga?
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¿Siente que siempre está criticando y juzgando a los demás, incluso a usted? ¿Se siente mal después? ¡No es el único! Continúe leyendo para descubrir cómo podemos llegar a ser menos críticos y cómo aceptar las cosas tal y como son.
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Todos somos únicos, con nuestros defectos y nuestras malas costumbres. ¡En este artículo encontrará consejos para equilibrar esos rasgos negativos!
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