Los problemas mentales como la depresión y la ansiedad afectan a una de cada seis personas en alguna etapa de su vida. Aunque es un problema común, la mayoría de las personas que lo sufren tardan años en buscar ayuda. Todavía existe el pensamiento erróneo de que la depresión no es algo serio y que podemos desprendernos de ella fácilmente si nos lo proponemos.
Pero la depresión clínica es una enfermedad grave que afecta tanto a la mente como al cuerpo. Si no se trata, la depresión puede ocasionar problemas en las relaciones sociales y sentimentales y problemas de alcohol o drogas. También puede afectar a la salud física, ocasionando a menudo insomnio, pérdida o aumento de peso y dificultad para recuperarnos de enfermedades coronarias y accidentes cardiovasculares.
Si cree que usted o alguien de su entorno sufre una grave depresión, es esencial buscar ayuda médica. Para mejorar la salud mental, es probable que sea necesaria la administración de anti-depresivos y acudir a terapia.
Reconocer la depresión en uno mismo puede resultar difícil. Son muchas las excusas que elegimos para racionalizar la manera en la que nos sentimos, como por ejemplo:
No pensamos que sufrimos depresión. Simplemente, pensamos que estamos pasando por momentos difíciles: Los niños últimamente se portan mal, el trabajo es estresante y la casa está hecha un desastre. Por lo tanto, es normal pensar que todas las circunstancias anteriores nos están causando estrés.
Pero no nos damos cuenta de que la ansiedad y la depresión (cuestiones que usualmente van de la mano) producen síntomas que pueden parecerse a sentir que nuestra vida se nos va de las manos. Es probable que los patrones de sueño se vean afectados, por lo que aparece el insomnio o un aumento de sueño. También es probable sentir dificultad para concentrarse y una lentitud en las reacciones.
Incluso aunque pensemos que lo que nos hace sentir así es nuestra situación concreta, la ansiedad y la depresión pueden empeorar este estado. Si lleva sintiendo estrés durante dos o más semanas, es momento de empezar a pensar que es posible que esté ocurriendo algo más profundo.
El estereotipo de una persona depresiva es una persona apática y poco productiva, que intenta cada día evitar el contacto con amigos y familiares. Sin embargo, los problemas mentales pueden presentarse de diversas formas, y alguien activo también puede sufrir ansiedad o depresión.
El trabajo o la constante socialización pueden ayudarnos a mantener el control y distraernos de la confusión mental. ¿Siente quizá que a pesar de trabajar sin parar le cuesta lograr sus objetivos, o siente dificultad para aceptar los elogios hacia sus logros? Analice su situación con distancia y pregúntese si es posible que las fiestas constantes o el trabajo intenso estén enmascarando algo.
Sufrir depresión no implica estar triste las 24 horas del día, ya que puede presentarse como una ausencia de sentimientos. Muchas personas con depresión experimentan una falta de emociones, insensibilidad, apatía o una sensación inevitable de vacío.
Una de las preguntas claves a la hora de diagnosticar depresión es si existe una falta de satisfacción o de interés hacia las cosas con las que antes sí disfrutábamos. Si la respuesta es “si”, el diagnóstico está bastante claro. Pero a veces la respuesta no es rotunda. La depresión puede aparecer de manera imperceptible y gradual. Repuestas como “quizá” o “no lo sé” pueden ser señales que debemos tener en cuenta.
Cuando nos sentimos tristes o ansiosos durante meses o incluso años, corremos el riesgo de ignorar y racionalizar los síntomas. Al luchar y lidiar constantemente contra estos sentimientos, normalizamos la depresión. Pero sentirse triste, enfadado o insensible todo el tiempo no es algo normal.
Si su mal humor, su insensibilidad o su tristeza están afectando a su vida social, familiar o laboral, o si estas cuestiones duran más de dos semanas, es posible estar cerca del punto en que la melancolía se transforma en depresión crónica, por lo que es necesario buscar ayuda.
Es cierto que los pensamientos suicidas son un síntoma experimentado a menudo por las personas que atraviesan una crisis emocional. Si está pensando en el suicidio, claramente algo no marcha bien. Pero igual que ocurre con la salud física, los problemas mentales tienen muchos grados. Es posible sufrir depresión y ansiedad sin sentir pensamientos suicidas o ganas de autolesionarse. Por lo tanto, no se centre exclusivamente en este último punto. Si siente algunos de los síntomas de depresión citados en este artículo, hable con alguien sobre su estado mental.
Si sufre una depresión suave o moderada, hay muchos pasos que puede seguir para mejorar su estado anímico. Haga ejercicio, preferiblemente al aire libre, elimine el consumo de alcohol y asegúrese de comer de manera saludable. Estas medidas le ayudarán a dormir mejor. Cuando sienta la necesidad de esconderse del mundo, intente socializar con amigos o familiares siempre que pueda.
La depresión es una enfermedad insidiosa que puede producir un gran impacto en su salud mental y física. Puede ser difícil de tratar, ya que no se limita a un episodio aislado, sino que puede presentarse de nuevo sin previo aviso. Las esencias de Flores de Bach contienen extractos puros de flores para tratar un amplio espectro de problemas mentales. El remedio de Flores de Bach nº 65 ayuda a elevar el ánimo y a eliminar los pensamientos sombríos. Así mismo, existen remedios de Flores de Bach diseñados para tratar síntomas asociados a la depresión. Por ejemplo, el remedio de Flores de Bach nº 61 está orientado a tratar la falta de apetito y el remedio de Flores de Bach nº 87 a tratar el insomnio. Los remedios de Flores de Bach son totalmente seguros y no tienen efectos secundarios, por lo que se puede empezar y terminar un tratamiento en el momento en que se desee o se necesite ayuda.
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