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Le gusta jugar a los videojuegos. Bien de manera on-line o en alguna plataforma más clásica, le apasiona el reto de vencer al oponente, resolver retos y conseguir las mejores puntuaciones. No parece haber ningún inconveniente, ¿verdad? Sin embargo, si algo dentro de usted le lleva a pensar que quizá sí hay un problema con sus hábitos de juego, probablemente sea así. Expertos en Estados Unidos estiman que 1 de cada 10 personas que juegan a videojuegos, son adictos a ellos.
No es fácil abandonar un hábito como jugar. Le divierte y le produce satisfacción, incluso euforia. Actualmente la accesibilidad a los videojuegos es enorme: Móviles, tablets y televisiones inteligentes. Es probable que a su círculo de amigos también les guste jugar. Con todo esto, ¿cómo va a lograr romper con ese hábito? Le sugerimos una serie de consejos para superar esta adicción.
Hable con alguna persona en la que confíe. Puede ser un miembro de su familia, un amigo, un compañero de trabajo o un médico. Consiga una segunda opinión de alguien que le conozca. Tal vez no hay nada por lo que preocuparse, o puede que ellos hayan notado que su comportamiento ha cambiado y es momento de solicitar algún tipo de ayuda.
Analice sus hábitos. Es probable que le encante jugar a videojuegos, pero si mira profunda y detenidamente sus hábitos de juego ¿es posible que esté evitando algo? Puede ser algo relacionado con las relaciones personales, con las emociones o la economía. Quizá sea su manera de lidiar con el estrés, o su manera de escapar del mundo. Es difícil enfrentarse a la realidad, pero es importante tomar el control de la situación.
Ponga su atención en algo distinto. ¿Qué otras cosas puede hacer que le produzcan las mismas satisfacciones, pero de una manera más sana? La respuesta suele ser el deporte. Quizá no es un buen deportista, pero existen multitud de deportes que puede intentar, y no todos son de equipo o de contacto. Puede optar por nadar, hacer Yoga o Pilates, o simplemente dar largos paseos. Si le motivan los desafíos, márquese retos, como nadar o caminar 100 km en X tiempo, perder peso, ganar músculo o mejorar su aspecto.
Reconozca que está siendo manipulado por los fabricantes de los juegos a los que juega. Los videojuegos no son tan negativos, ya que tienden a tener un final, aunque pueda darse el caso de que quiera batir su propia marca y vuelva a jugar de nuevo. Pero los videojuegos en línea no son así. Están diseñados para tener que hacer más y más cosas para conseguir escasas recompensas. Los juegos on-line potencian relaciones en línea, y en ocasiones estas pueden parecer tan importantes como las de la vida real. Es posible que se sienta más aceptado en ese mundo virtual que en el mundo real. La mayoría de las veces estas relaciones virtuales no son más que una ilusión, siendo relaciones totalmente superficiales.
Sea claro acerca de su adicción. La adicción a los videojuegos puede ser fuente de insomnio y desordenes del sueño, depresión, y otras enfermedades mentales. Si piensa que está sufriendo algún síntoma físico debido a un exceso de juego, debería recurrir a algún tipo de ayuda profesional. Reconocer que efectivamente tiene un problema le puede ayudar a abordar el problema.
Revise su economía. Si gasta una gran cantidad de dinero en videojuegos o en jugar, esto claramente puede ser una señal de alarma. Si a esto le añade el gasto en hardware y software, accesorios, cuotas de socio y extras relacionados, puede llegar a ser impactante. ¿En qué otras cosas podría estar gastando ese dinero?
Encuentre otro hobby. Suena muy sencillo y básico, pero es de gran ayuda realmente. Encuentre otra cosa que le guste y ocupe su tiempo. Intente coleccionar algo raro, y pase tiempo buscándolo. Lea. Cree nuevos mundos. Dibuje. Invente sus propios juegos – digitales o de mesa. Utilice los recursos que ha aprendido después de jugar tanto, y haga algo valioso con ello.
Márquese tiempos. Limite las horas de juego a una cantidad de tiempo. Cuando el tiempo se acabe, termine de jugar sin excusas, y haga otra cosa. Sea estricto en este sentido. Si es necesario, pida ayuda para poder cumplirlo.
Al fin y al cabo, siempre puede tener un motivo por el que jugar. Si juega de manera excesiva, debe darse un respiro, y hacer algo diferente. No es fácil, pero una vez haya abandonado su adicción a los videojuegos, habrá recuperado su vida, y habrá valido la pena.
Creado por Tom Vermeersch
Tom Vermeersch es psicólogo titulado y experto en Flores de Bach con más de 30 años de experiencia.
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Le gusta jugar a los videojuegos. Bien de manera on-line o en alguna plataforma más clásica, le apasiona el reto de vencer al oponente, resolver retos y conseguir las mejores puntuaciones. No parece haber ningún inconveniente, ¿verdad? Sin embargo, si algo dentro de usted le lleva a pensar que quizá sí hay un problema con sus hábitos de juego, probablemente sea así. Expertos en Estados Unidos estiman que 1 de cada 10 personas que juegan a videojuegos, son adictos a ellos.
No es fácil abandonar un hábito como jugar. Le divierte y le produce satisfacción, incluso euforia. Actualmente la accesibilidad a los videojuegos es enorme: Móviles, tablets y televisiones inteligentes. Es probable que a su círculo de amigos también les guste jugar. Con todo esto, ¿cómo va a lograr romper con ese hábito? Le sugerimos una serie de consejos para superar esta adicción.
Hable con alguna persona en la que confíe. Puede ser un miembro de su familia, un amigo, un compañero de trabajo o un médico. Consiga una segunda opinión de alguien que le conozca. Tal vez no hay nada por lo que preocuparse, o puede que ellos hayan notado que su comportamiento ha cambiado y es momento de solicitar algún tipo de ayuda.
Analice sus hábitos. Es probable que le encante jugar a videojuegos, pero si mira profunda y detenidamente sus hábitos de juego ¿es posible que esté evitando algo? Puede ser algo relacionado con las relaciones personales, con las emociones o la economía. Quizá sea su manera de lidiar con el estrés, o su manera de escapar del mundo. Es difícil enfrentarse a la realidad, pero es importante tomar el control de la situación.
Ponga su atención en algo distinto. ¿Qué otras cosas puede hacer que le produzcan las mismas satisfacciones, pero de una manera más sana? La respuesta suele ser el deporte. Quizá no es un buen deportista, pero existen multitud de deportes que puede intentar, y no todos son de equipo o de contacto. Puede optar por nadar, hacer Yoga o Pilates, o simplemente dar largos paseos. Si le motivan los desafíos, márquese retos, como nadar o caminar 100 km en X tiempo, perder peso, ganar músculo o mejorar su aspecto.
Reconozca que está siendo manipulado por los fabricantes de los juegos a los que juega. Los videojuegos no son tan negativos, ya que tienden a tener un final, aunque pueda darse el caso de que quiera batir su propia marca y vuelva a jugar de nuevo. Pero los videojuegos en línea no son así. Están diseñados para tener que hacer más y más cosas para conseguir escasas recompensas. Los juegos on-line potencian relaciones en línea, y en ocasiones estas pueden parecer tan importantes como las de la vida real. Es posible que se sienta más aceptado en ese mundo virtual que en el mundo real. La mayoría de las veces estas relaciones virtuales no son más que una ilusión, siendo relaciones totalmente superficiales.
Sea claro acerca de su adicción. La adicción a los videojuegos puede ser fuente de insomnio y desordenes del sueño, depresión, y otras enfermedades mentales. Si piensa que está sufriendo algún síntoma físico debido a un exceso de juego, debería recurrir a algún tipo de ayuda profesional. Reconocer que efectivamente tiene un problema le puede ayudar a abordar el problema.
Revise su economía. Si gasta una gran cantidad de dinero en videojuegos o en jugar, esto claramente puede ser una señal de alarma. Si a esto le añade el gasto en hardware y software, accesorios, cuotas de socio y extras relacionados, puede llegar a ser impactante. ¿En qué otras cosas podría estar gastando ese dinero?
Encuentre otro hobby. Suena muy sencillo y básico, pero es de gran ayuda realmente. Encuentre otra cosa que le guste y ocupe su tiempo. Intente coleccionar algo raro, y pase tiempo buscándolo. Lea. Cree nuevos mundos. Dibuje. Invente sus propios juegos – digitales o de mesa. Utilice los recursos que ha aprendido después de jugar tanto, y haga algo valioso con ello.
Márquese tiempos. Limite las horas de juego a una cantidad de tiempo. Cuando el tiempo se acabe, termine de jugar sin excusas, y haga otra cosa. Sea estricto en este sentido. Si es necesario, pida ayuda para poder cumplirlo.
Al fin y al cabo, siempre puede tener un motivo por el que jugar. Si juega de manera excesiva, debe darse un respiro, y hacer algo diferente. No es fácil, pero una vez haya abandonado su adicción a los videojuegos, habrá recuperado su vida, y habrá valido la pena.
La imaginación de los niños no tiene límites, por lo que en sus sueños se mezcla la esperanza con la fantasía, lo real con lo mágico, o lo posible con lo imposible.
¿Por qué sentimos mariposas en el estómago cuando comenzamos una relación? ¿Cómo podemos mantener viva la llama cuando la chispa comienza a desvanecerse en una relación larga?
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