A la mayoría de nosotros nos gusta nuestro trabajo, pero aún así, si pudiésemos, trabajaríamos menos. ¿Por qué? Porque las demás cosas de nuestra vida simplemente son más bonitas. Lamentablemente todos necesitamos dinero para sobrevivir, por ello, hemos de ir a trabajar. Pero ¿alguna vez ha dejado de preguntarse cómo podría hacer menos y aún así disfrutar de la vida? Este artículo resume algunas estrategias.
Trabajar menos parece significar dar un paso atrás , ¿verdad? La mayor parte del tiempo intentamos maximizar nuestros ingresos para poder financiar nuestra casa, nuestras vacaciones y nuestro coche. Podemos tomar un vino más bueno, llevar ropa más bonita e incluso puede que podamos pagar a alguien para que nos limpie la casa. Pero cuanto mayor sea nuestro poder adquisitivo, menor es el tiempo que nos sobra. ¿Pero para qué trabajar y ganar cada vez más si para ello hemos de dejar que otros realicen nuestras tareas del hogar y si eso reduce nuestro tiempo de disfrute? ¿No es una pérdida de dinero pasar esas dos semanas de vacaciones, para las cuales ha trabajado tan duro, tumbada/o somnolienta/o en el sofá?
Puede que mida su éxito según esto, y eso es aceptable. A algunas personas se les celebra por sus altos ingresos. En su entorno se les considera pequeñas estrellas. Pero para otras personas, fregar los platos, cortar el césped y escuchar como suena el centrifugado de la lavadora son cosas que nos vinculan a la realidad y que nos recuerdan que debemos estar agradecidos por lo que tenemos y por aquello que somos.
Ganar más significa estar ocupada/o. Y si eso no le agrada, entonces encontrará aquí algunas formas para limitarse y vivir dentro de sus posibilidades. Puede trabajar menos, tener menos y a la vez ser más feliz.
¿De qué puede vivir? Siendo realista, ¿cuántos ingresos necesita? Si sabe eso, entonces trabajará dentro de su presupuesto. ¿Qué necesita para sentirse bien y realizada/o? Saber la cantidad de dinero que necesitamos, nos ayuda a tomar las decisiones financieras en función de ello.
Si revisa sus extractos bancarios con regularidad seguramente encuentre gastos que son una mera pérdida de dinero. Todos nos registramos para alguna cosa o compramos cosas que apenas usamos. Desapúntese del gimnasio al cual nunca va. Si desea hacer deporte, vaya a correr al parque o salga a la naturaleza. ¡Es gratuito y le sentará muy bien! Solicite la baja de su teléfono fijo si tan solo usa su teléfono móvil. ¿Y realmente necesita ese paquete que le envían todos los meses? ¡Elimine esas cosas!
Para muchos de nosotros el hecho de gastar dinero nos ayuda a validar nuestros sentimientos. Algunos disfrutamos comprando de la misma forma que otros disfrutan comiendo. Algunos pasan mucho tiempo con subastas en Internet y otros se gastan el dinero en una tienda de libros. Si sabe por qué gasta dinero, es el momento de que haga algo para evitarlo. ¿Quién necesita un armario lleno de ropa que nunca se usa? ¿Se siente sola/o? ¿O triste? ¿No encuentra el sentido a la vida? Lo ideal es identificar las razones de por qué se hace algo y cambiar luego las costumbres. ¡Podrá ahorrar mucho dinero y ser más feliz!
Si se gasta el dinero para otras personas ¿tal vez lo haga porque desee impresionar a estas personas o porque desee enseñarles su coche nuevo? También se puede mostrar la generosidad de otras formas, no siempre hay que hacerlo con dinero. Los gestos de comprensión valen muchísimo más. Pase tiempo con las personas. Ayude a los demás. Escriba tarjetas y felicitaciones o cocine un bizcocho o un flan. Los abrazos son gratuitos y mejoran el estado de ánimo, ¡inténtelo!
¡Reorganice y haga una limpieza! Parece ser algo que está de moda y ya hay muchos libros y artículos sobre esta temática. Se ha creado todo una filosofía al respecto sobre si uno se siente mejor cuando tiene menos. Una vez hayamos entendido que la vida no se trata de poseer cosas, seremos capaces de deshacernos de las cosas mucho más fácilmente. Un entorno ordenado nos hace sentir más libres y menos estresados. Tener menos nos proporciona más espacio para relajarnos y nos permite tener más dinero o al menos menos deudas. También puede intentar vender todo lo que ya no necesita, pero eso siempre conlleva mucho trabajo. O simplemente puede organizar toda su ropa y regalar a Caritas lo que ya no usa.
Lo mencionado anteriormente va de la mano con el hecho de que deberíamos consumir menos. Una vez haya hecho una limpieza, deseará comprar cosas nuevas. Debe tener cuidado y prestar atención a lo que compra y a lo que tira a la basura. Comida, ropa, muebles, juguetes, libros, juegos, periódicos, artículos de higiene. Céntrese en lo que tenga. Esté contenta/o con lo que tiene.
Piense en sus tareas y en sus obligaciones. ¿Se propone demasiadas cosas? ¿Qué cosas puede dejar de lado o rechazar? No tiene que dejarlo todo de golpe, pero lo ideal es que se deshaga de algunas cosas que tan solo le roban tiempo y energía. Tómese más tiempo y haga menos.
Si lo permite, los medios sociales y las demás cosas que hace en Internet empezarán a determinar su rutina diaria. ¡Deténgalo ahora mismo! Aunque no lo pueda dejar completamente de lado, determine momentos en los cuales no esté conectado a Internet. Disfrute del silencio.
Si viviese en un lugar sin otros seres humanos, seguramente no se preocuparía por cosas como los zapatos, el peinado o el coche que lleva. Se conformaría con lo que tiene. Querer tener lo que otros tienen puede ser muy agotador. Pregúntese a sí misma/o "¿qué elegiría si no lo pudiese comparar con otra cosa?
En cuanto tenga menos distracciones, tendrá más tiempo para estar con personas a las que quiere o para hacer cosas que le gustan hacer. Deshágase de algunas cosas y haga espacio en su vida para las cosas que realmente ama.
Todo esto suena muy sencillo, pero lógicamente no lo es. El objetivo es tener menos y hacer menos para poder disfrutar más de la vida. Debe seguir intentándolo, deshacerse de esas capas en las cuales ha envuelto su vida hasta quedarse únicamente con lo más bello e importante.
Creado por Tom Vermeersch
Tom Vermeersch es psicólogo titulado y experto en Flores de Bach con más de 30 años de experiencia.
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Para muchos de nosotros el hecho de gastar dinero nos ayuda a validar nuestros sentimientos. Algunos disfrutamos comprando de la misma forma que otros disfrutan comiendo. Algunos pasan mucho tiempo con subastas en Internet y otros se gastan el dinero en una tienda de libros. Si sabe por qué gasta dinero, es el momento de que haga algo para evitarlo. ¿Quién necesita un armario lleno de ropa que nunca se usa? ¿Se siente sola/o? ¿O triste? ¿No encuentra el sentido a la vida? Lo ideal es identificar las razones de por qué se hace algo y cambiar luego las costumbres. ¡Podrá ahorrar mucho dinero y ser más feliz!
Si se gasta el dinero para otras personas ¿tal vez lo haga porque desee impresionar a estas personas o porque desee enseñarles su coche nuevo? También se puede mostrar la generosidad de otras formas, no siempre hay que hacerlo con dinero. Los gestos de comprensión valen muchísimo más. Pase tiempo con las personas. Ayude a los demás. Escriba tarjetas y felicitaciones o cocine un bizcocho o un flan. Los abrazos son gratuitos y mejoran el estado de ánimo, ¡inténtelo!
¡Reorganice y haga una limpieza! Parece ser algo que está de moda y ya hay muchos libros y artículos sobre esta temática. Se ha creado todo una filosofía al respecto sobre si uno se siente mejor cuando tiene menos. Una vez hayamos entendido que la vida no se trata de poseer cosas, seremos capaces de deshacernos de las cosas mucho más fácilmente. Un entorno ordenado nos hace sentir más libres y menos estresados. Tener menos nos proporciona más espacio para relajarnos y nos permite tener más dinero o al menos menos deudas. También puede intentar vender todo lo que ya no necesita, pero eso siempre conlleva mucho trabajo. O simplemente puede organizar toda su ropa y regalar a Caritas lo que ya no usa.
Lo mencionado anteriormente va de la mano con el hecho de que deberíamos consumir menos. Una vez haya hecho una limpieza, deseará comprar cosas nuevas. Debe tener cuidado y prestar atención a lo que compra y a lo que tira a la basura. Comida, ropa, muebles, juguetes, libros, juegos, periódicos, artículos de higiene. Céntrese en lo que tenga. Esté contenta/o con lo que tiene.
Piense en sus tareas y en sus obligaciones. ¿Se propone demasiadas cosas? ¿Qué cosas puede dejar de lado o rechazar? No tiene que dejarlo todo de golpe, pero lo ideal es que se deshaga de algunas cosas que tan solo le roban tiempo y energía. Tómese más tiempo y haga menos.
Si lo permite, los medios sociales y las demás cosas que hace en Internet empezarán a determinar su rutina diaria. ¡Deténgalo ahora mismo! Aunque no lo pueda dejar completamente de lado, determine momentos en los cuales no esté conectado a Internet. Disfrute del silencio.
Si viviese en un lugar sin otros seres humanos, seguramente no se preocuparía por cosas como los zapatos, el peinado o el coche que lleva. Se conformaría con lo que tiene. Querer tener lo que otros tienen puede ser muy agotador. Pregúntese a sí misma/o "¿qué elegiría si no lo pudiese comparar con otra cosa?
En cuanto tenga menos distracciones, tendrá más tiempo para estar con personas a las que quiere o para hacer cosas que le gustan hacer. Deshágase de algunas cosas y haga espacio en su vida para las cosas que realmente ama.
Todo esto suena muy sencillo, pero lógicamente no lo es. El objetivo es tener menos y hacer menos para poder disfrutar más de la vida. Debe seguir intentándolo, deshacerse de esas capas en las cuales ha envuelto su vida hasta quedarse únicamente con lo más bello e importante.
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Las Flores de Bach no son un medicamento sino extractos inocuos de plantas que se toman para reforzar la salud.
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